El rastro de Madrid es uno de los principales destinos marcados en mi primera visita a la capital española. Es domingo y como los cinco días anteriores de nuestra estancia en Madrid nos dispusimos a salir. Esta vez un poco más temprano, porque el tiempo que nos quedaba en esta hermosa ciudad se estaba agotando.

Nuestro destino bien marcado, visitar el famoso rastro de Madrid. Tenía conocimiento de que en el vendían cualquier tipo de artículos y antigüedades. Que había que tener cuidado con el bolso, porque podías perderlo en un descuido. Para evitar contratiempos antes de salir de casa crucé mi cartera por el cuello en forma de bandolera para asegurarla y me puse el abrigo por encima. No tenía nada que temer en ese sentido, así no podía perderla.

A plena luz de la mañana, caminando por la calle de la Magdalena, tranquila y con grandes pinturas murales que se sucedían a nuestro paso. Llegamos a la plaza de Cascorro en el barrio de la Latina, allí nos encontramos con una multitud de personas que abarrotaba la calle.

Caminábamos entre la gente por el lado derecho, para poder avanzar. En el recorrido vimos una infinidad de puestos y carpas situadas en las aceras al borde de la calle. Muchas personas mirando, revisando, otras comprando. No pudiera definir cuántas calles bajamos mirando disímiles artículos rebajados, con ofertas de 2×3 €, de 5x 3 €, de 7x 5€, etc.

Abanicos del Rastro de Madrid

¿Qué se puede comprar en el rastro de Madrid?

Vestimenta de todo tipo, nuevas y de segunda mano a buenos precios, ropa interior y abrigos. Puestos repletos de artículos artesanales como bisuterías, abanicos, mantones, sombreros, muebles, hamacas, figuras de barro y adornos.

Percibí que en Madrid se puede vestir y calzar fácilmente con lo que allí se vende. A pesar de que no tenía intenciones de hacer gastos, encontré artículos muy interesantes que no pude resistirme de comprar.

Este tipo de mercadillo es un lugar beneficioso y práctico sobre todo para las personas de bajos ingresos. Y aunque no tengas necesidad de comprar en él, es todo un hecho cultural al que puedes acudir a recrearte.  En el rastro de Madrid además de compras, encontrarás música, pregones, chucherías para picar, toda una fiesta del comercio con alto grado de popularidad.

Mercado de Antigüedades

En medio del camino nos apartamos de la multitud para tomar un respiro, así fue como descubrimos un mercado de antigüedades. Un patio interior rodeado de pequeños establecimientos, todos destinados a la venta de objetos raros que ya no se comercializan. Un sitio muy pintoresco adornado con coloridas masetas con plantas.

Al fondo una amplia escalera que conduce al segundo nivel. Unos amplios corredores y espacios interiores con variedades de objetos antiguos de alta gama. Juegos de vajillas y cubiertos, cuadros, adornos, figuras religiosas, lámparas de todo tipo, candelabros, muebles, etc.

Allí recree mi vista con hermosos objetos de arte decorativo. A pesar de lo concurrido del lugar y sus curiosidades, encontramos espacios para descansar y beber algo refrescante. Continuamos viaje por otra de las tantas calles que conforman el rastro de Madrid, alejándonos un poco del bullicio. Bajamos hasta la Ronda de Toledo y continuábamos viendo puestos y espacios que ya comenzaban a desmontarse, para volver el próximo domingo.

Si te gustó mi historia puedes visitar mi blog, y seguirme. Nos vemos

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