Una taza de cerámica y su procedimiento de confección puede variar, pero es usualmente bastante parecido a cualquier otra pieza de cerámica. Hay que cumplir unos cuantos pasos para obtener una pieza terminada, aquí los describo:
Amasado: El alfarero comienza con el amasado de la arcilla, también conocida como barro. Este proceso se realiza para eliminar la existencia de burbujas en el interior de la masa.
Existen diferentes tipos de arcilla y cada una posee cualidades propias, de las cuales depende, la temperatura de horneado que se emplee; así como el brillo y la tonalidad de color que obtenga la pieza, como resultado.
Modelado: La masa de arcilla es colocada sobre el plato de un torno giratorio; donde es modelada por las manos firmes, sensibles y creativas del artista alfarero, hasta obtener la apariencia más cercana a la taza deseada. El asa puede crearse del mismo modo o simplemente moldearse con las manos, sin necesidad del torno.
Las piezas producidas requieren de un tiempo de secado, en el que adquieren la consistencia que necesitan; antes de retornearlas para eliminar las asperezas y obtener la forma definitiva.
Unión de piezas: Después de eso, llega el momento de realizar incisiones en forma de líneas transversales entrecruzadas; sobre las áreas donde se pretenden unir ambas piezas. Y encima se aplica como pegamento, una mezcla de polvo de arcilla diluido en agua, conocida como barbotina.
Se fusionan las partes aplicando un poco de presión con las manos y se retira el exceso sobresaliente de barbotina, quedando una línea divisoria en la unión. Sobre esta especie de cicatriz se unta barro, que se esparce y comprime con la ayuda de una pequeña espátula hasta que desaparezca por completo.
Últimos pasos de la confección de una taza
Los últimos pasos de la confección de una taza son tres. Después que la pieza está formada se deja secar hasta que se endurezca, preferiblemente durante 24 horas.
Primera cocción: La temperatura que se utilice dependerá del tipo de arcilla empleada y del tamaño de la pieza. Se sugiere controlar la pieza, aproximadamente, cada quince minutos.
Para que la arcilla pueda ser clasificada como una pieza de cerámica, es necesario que pase por un proceso de cocción, a temperaturas mayores a 600 grados centígrados.
Cuando la pieza esté lista, se apaga el horno y se deja la pieza en el interior del horno apagado; para prevenir que el repentino cambio de temperatura la quiebre.
Esmaltado: Si se quiere decorar la taza de cerámica con figuras pintadas, es preciso hacerlo en este momento. Y luego esperar a que se seque un poco la pintura antes de proceder a esmaltarla con un color transparente.
El proceso de esmaltado puede realizarse de distintas maneras. Si se ha preparado poca cantidad de esmalte porque son pocas las piezas; estas pueden pintarse con un pincel o emplearse el esmaltado por vertido, que como su nombre lo indica, consiste en verter el esmalte sobre la pieza.
Cuando, por el contrario, se ha preparado mucha cantidad de esmalte, porque se tienen muchas piezas que serán esmaltadas en un mismo color; puede utilizarse un aerógrafo o emplear la técnica de esmaltado por inmersión, que es sumergir las piezas en el interior de un recipiente con esmalte.
Segunda cocción: Antes de introducir en el horno por última vez, se debe retirar con una esponja húmeda el esmalte en la base de las piezas; así se evita que estas se peguen en el horno.
El tiempo de cocción que se empleé definirá el color definitivo que se consiga, por lo que se sugiere inspeccionar la pieza constantemente. En este punto ya haz logrado la confección de una taza de cerámica artesanal. sigue leyendo nuestro Blog.